1. Presentación de la buena práctica.
La buena práctica que voy a presentar a continuación se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Mieres a través del Instituto de la Mujer y para la igualdad de Oportunidades. Se trataba de un programa que intentaba desarrollar una serie de medidas dirigidas a promover la inserción socio-laboral de las mujeres en el ámbito urbano y rural.
El programa se realizó en el año 2019 con la financiación del FSE y se coordinó por la Agencia de Igualdad de Oportunidades.
Esta buena práctica consistía en un programa de formación para fomentar la autoestima y la confianza en las mujeres para que ellas mismas se convirtieran en un elemento activo dentro de su integración. Se les facilitaba información y asesoramiento para definir un perfil profesional, se proporcionaba formación ocupacional específica y vinculada a los huecos del mercado de la zona, asesorando, formando y acompañando la iniciativa empresarial, fomentando la creación y consolidación de redes de autoayuda y colaboración entre el grupo y con diferentes asociaciones de mujeres e informando y facilitando el acceso a recursos especializados.
Sus objetivos era incrementar la empleabilidad de las mujeres a través de su cualificación, promover una mayor participación social y fomentar su autonomía personal y económica.
2. Análisis del ámbito en el que actúa la buena práctica.
Como ya es conocido, en el ámbito de la igualdad, existe una brecha en el acceso al mundo laboral para las mujeres. No sólo en cuanto a salarios, sino también en el acceso a determinados puestos de trabajo o a determinados tipos de empleo.
Todos sabemos que no se presentan las mismas oportunidades para los hombres que para las mujeres. En ocasiones, por la situación personal que experimentan estas y en otras ocasiones, porque esta situación personal ya les ha penalizado para el acceso a la formación que se requiere para poder enfrentarse al mundo laboral.
Las mujeres han cargado la mayoría de las veces con los deberes del hogar y el cuidado y atención de las personas dependientes (ya sean hijos, padres o familiares enfermos). Este tipo de roles heredados hacen que el acceso a la formación se haya hecho, en muchas ocasiones, más difícil para estas mujeres.
Por otro lado, las mujeres del ámbito rural se enfrentan, además, a retos relacionados con el medio en el que habitan y con las oportunidades laborales que se presentan en este medio.
Según los datos, España es el país europeo con la tasa de desempleo femenino rural mas alta, 2.7 puntos, frente a los 1.1 de tasa de paro que tienen las zonas rurales de Europa. Por cada mujer rural parada que quiere trabajar, hay, 0.79 hombres en la misma situación. Por esta razón, esta iniciativa me ha resultado muy interesante.
3. Comentario sobre el impacto y resultados de esta buena práctica.
Desconozco el impacto y los resultados de esta buena práctica.
Bajo mi punto de vista, esta formación pudo tener un impacto muy positivo sobre las mujeres participantes y sus entornos (ya que ellas mismas podían compartir las herramientas y conocimientos adquiridos) a la hora de mejorar su autoestima y su capacidad para acceder al mundo labora. El dar herramientas de autoconocimiento y autocuidado mejora la calidad de vida y puede romper barreras que impiden el acceso a diversos empleos.
Seguramente, les ayudaría a descartar trabajos que no les resultaban óptimos o abrirían sus miras hacia empleos que nunca se hubieran planteado realizar. Además, gracias al apoyo de las redes que se tejerían durante el cursos y los conocimientos en nuevas tecnologías, podrán gestionar mejor su vida en la actualidad.
Los resultados consistirían en dar la oportunidad de participar en la vida laboral de las mujeres que, hasta entonces, no habían tenido acceso o las cuales tenían un acceso a condiciones o trabajos muy precarios. Si conseguimos emplear a estas mujeres, mejorará su calidad de vida, la calidad de vida de su entorno y, además, aumentará la riqueza y dinámicas sociales de su ciudad o pueblo.
El hecho de abrir la puerta a más mujeres puede hacer cambiar la perspectiva y las oportunidades de la zona. Bien es sabido que el mundo rural no se comporta como el mundo urbano y que las oportunidades y problemas que se presentan no son los mismos ni tampoco comparables.
4. ¿Qué puntos fuertes y qué debilidades tiene esta buena práctica?
Me parece que los puntos fuertes de esta buena práctica asientan, principalmente, en dar herramientas a las mujeres para su autoconocimiento y su autoestima, que mejorará su capacidad de adaptación al medio en el que viven. Estos instrumentos les habrán ayudado a analizar de una forma más objetiva sus opciones y prioridades y a descartar las opciones menos favorables.
Además, el hecho de contar con una red de apoyo en su entorno más próximo, les habrá podido abrir opciones de contactos tanto laborales como sociales que les ayuden a vislumbrar nuevos caminos y les apoyen a la hora de llevarlos a cabo.
El curso priorizó a desempleadas de larga duración inscritas como demandantes de empleo y empadronadas en Mieres, responsables de núcleos familiares, preferentemente mayores de 45 años sin titulación, mujeres con diversidad funcional, víctimas de violencia de género, pertenecientes a minorías étnicas, inmigrantes con conocimientos adecuados del idioma, tanto escrito como oral, con disponibilidad horaria y con compromiso para llevar a cabo las acciones del proyecto. Esto ayudó a localizar a las personas más vulnerables.
En cuanto a las debilidades creo que el curso se impartió sólo a 25 mujeres, además el trabajo de adquirir los conocimientos y herramientas puede llevar más tiempo del empleado en el curso, por lo que si las mujeres no disponen de un entorno favorable, es posible que no lo hayan podido seguir desarrollando.
Además, si se trataba de mujeres sin conocimientos en informática o herramientas innovadoras, ha podido penalizarles a la hora de adquirir y compartir sus conocimientos o para seguir en contacto con las redes tejidas durante el curso.
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