¿Qué me puede enseñar esta actividad?
Desde hace muchos años el tema de la igualdad y la no discriminación está en la actualidad de todos nosotros y todas nosotras, pero esto no es algo que yo recuerde de toda mi vida.
Nací en los ochenta, cuando las redes sociales aún no existían y nadie podía imaginar que lo harían. Además, vivía en un pueblo, donde con once años me dejaban salir sola al barrio incluso incluso hasta pasadas las doce de la noche en verano. Compartía la cena con mis amigos y jugábamos sin parar todo el día, nos colábamos en las obras para coger yeso con el que pintar en el suelo y nos comíamos un bocadillo en la calle mientras montábamos en bicicleta.
Yo nací en una época en la que en mi entorno no se oía mucho sobre la discriminación, no recuerdo haber visto ningún inmigrante hasta los años noventa y al primer amigo que hice que provenía de otro país lo conocí casi llegado el año 2000...
Algo parecido ocurría con la igualdad. Como no había inmigrantes en mi pueblo, no recuerdo haber oído a nadie hablar sobre el trato igual a nacionales y extranjeros, pero incluso en algunas ocasiones era posible ver recelo hacia los forasteros, aunque vinieran del pueblo de al lado.
Y, aunque las mujeres ya existíamos, la mayoría estábamos un poco perdidas en cuanto a esto de la igualdad. Muchas mujeres ya hablaban sobre la libertad y el derecho a llevar la vida que queríamos, pero había muchos más problemas de discriminación hacia nosotras de los que ahora serían imaginables.
Yo crecí en la época en la que las chicas nunca pagaban en las discotecas pero los chicos sí. En la época en la que a las chicas nos parecía una ventaja que no nos hicieran pagar...
También crecí en la época en la que se llamaba "marimacho" a las chicas que jugaban al futbol y que los homosexuales tenían nombres y apellidos para poder hacer chistes sin lugar a dudas. La época en la que se imitaba la forma de andar de una persona con problemas de la marcha y la misma época en la que había chistes de leprosos.
Aunque ha pasado mucho tiempo de aquello, las cosas han cambiado, pero no tanto. Ahora en mi pueblo hay muchos inmigrantes, pero no sé si la igualdad y la no discriminación están tan presentes como deberían. También las mujeres hemos dado un pasito al frente, pero aún nos quedan muchos más por dar.
En ese sentido creo que esta actividad me puede ayudar a aprender a darme cuenta de las actitudes y situaciones cotidianas en las que la discriminación está presente sin ni siquiera. Esos pequeños hábitos de comportamiento en los que, sin darnos cuenta, profundizamos una brecha que, en realidad, deberíamos cerrar.
Porque los casos extremos de discriminación son fáciles de reconocer, pero no lo es tanto así los pequeños comportamientos que repetimos sin ser conscientes.
Me gustan mucho tus entradas del Blog. Enhorabuena!
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